lunes, 30 de noviembre de 2009

[la misión de la Iglesia, segunda parte]

Anunciar El Reino de Dios

La visión política del reino dominaba en la mentalidad popular en los tiempos de Jesús, de modo que se había unido la esperanza mesiánica a la instauración del reino independiente de Israel. Era una expectación de tipo nacional-religioso. Se esperaba un reino, en efecto, que tendría como fin la fidelidad y el sometimiento de todos los pueblos al sometimiento de la voluntad de Jehová, al mismo tiempo el triunfo de Israel.

Es muy probable que la predicación del reino de Dios históricamente comienza con Juan el Bautista como punto de partida para Jesús (Mt 3:2) Juan estaba dentro de la tradición que anunciaba la llegada del juicio final, culminando así el dominio de Jehová en todo el universo y especialmente en Israel (Salmo 29: 1,10, 47:7-9; 93:2). De ahí su llamada a la penitencia y a la conversión para escapar de la ira divina, siguiendo las expectativas tradicionales ( Is 24-27; Zac 14:9; Dn 7:17-27). Israel esperaba el dominio definitivo de Dios, acompañado por un juicio de todos los pueblos.

La predicación de Juan el Bautista
Mateo 3:1-2
En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, 2y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.

¿Cómo era predicar el reino de Dios para Juan el Bautista?
Mateo 3:5-12
5Y salía a él Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán, 6y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados.
7Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? 8Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, 9y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. 10Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.
11Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. 12Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará.

Para Juan el bautista la llegada del reino de Dios es perdón para el que se arrepiente, pero juicio y castigo para al que responde con indiferencia.

Aún los profetas tenían clara la llegada del tiempo mesiánico con el juicio de Dios.
Isaías61:1-2
1El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; 2a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro

Cuando Jesús aparece lo hace en medio de una expectación mesiánica y en el clima de la espera de la llegada del reino mesiánico que se había convertido en la razón de ser de la esperanza del pueblo judío.
Viene Jesús y proclama: “El reino de Dios ha llegado, convertíos”.
Por eso, cuando Jesús usa la expresión: “reino de Dios” para definir su misión, se vale de la imagen que mejor caracterizaba las esperanzas judías. Pero Jesús interpreta este concepto de una forma nueva e inesperada.

El núcleo de la predicación de Jesús es “el reinado de Dios” . De las 162 veces que aparece en el NT, 129 se encuentran en los evangelios sinópticos y en los Hechos de los apóstoles.
Marcos emplea el término 13 veces (12 de ellas en boca de Jesús).
Lo característico de Lucas (que lo emplea 46 veces en el evangelio y 8 veces en Hechos).
No cabe duda de que el reino de Dios pertenece a la predicación y actividad de Jesús.
Es la equiparación entre el reino de Dios y predicación de Jesús: evangelizar, predicar, anunciar y hablar del reino de Dios es la actividad de Jesús (Lc 4:43: 8:1; 9:2; 11:60; Hch 1:3; 8:12; 19:8; 20:25; 28:23,31)
El reino de Dios será uno de los grandes temas de la predicación de los apóstoles, incluida la de Pablo (Hch 14:22; 19:8; 20:25; 28:23,31; 1Ts 2:12; Col 4:11, etc)


La predicación de Jesús
Mateo 4:17
Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.

¿Cómo era predicar el reino de Dios para Jesús?
Mateo 4:23-25
23Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. 24Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó. 25Y le siguió mucha gente de Galilea, de Decápolis, de Jerusalén, de Judea y del otro lado del Jordán.

¿Cuál es la misión de Jesús?
Lucas 4:42-43
42Cuando ya era de día, salió y se fue a un lugar desierto; y la gente le buscaba, y llegando a donde estaba, le detenían para que no se fuera de ellos. 43Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado.

Lucas resume la misión de Jesús, que era la misión y la expectativa mesiánica de Isaías.
Lucas 4:18-19
17Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito:
18El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
19A predicar el año agradable del Señor.


¿Cuál era la diferencia de la predicación de Jesús con la de Juan el bautista?

Para Jesús estaba claro que predicar en ese momento el reino de Dios era mostrar el amor del Padre sobre el pecador. Ya en su lectura de Isaías 61:1,2 se detiene en "el día de venganza del Dios nuestro", porque él está dando cumplimiento en ese momento la misión del reino de Dios: ofrecer el amor del Padre al pecador, al marginado, al que socialmente nadie da nada por él; ese, ese es el mensaje que trae Jesús y ese tiene que ser todavía el mensaje y la misión de la iglesia en la actualidad. No estamos obviando el juicio en el mensaje porque ya lo dijo jesús en aquel tiempo, que iba a ver muchos que iban a rechazar el amor del Padre, por lo tanto había que sacudir aun el polvo de nuestros pies como en señal del juicio que vendrá, pero nos corresponde en este tiempo seguir predicando las buenas noticias del reino de Dios a los pecadores y así mostrar el amor del Padre y no el juicio.

Entonces, cuál era la diferncia de la predicación de Juan el bautista con la de Jesús, porque aun hasta Juan dudó de aquel que había ungido en el Jordán.
Lucas 7:18-22
18Los discípulos de Juan le dieron las nuevas de todas estas cosas. Y llamó Juan a dos de sus discípulos, 19y los envió a Jesús, para preguntarle: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro? 20Cuando, pues, los hombres vinieron a él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti, para preguntarte: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro? 21En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista. 22Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio.

Jesús interpreta el reino de Dios de una nueva forma e inesperada para todos.
Jesús deja decepcionados y admirados porque da un giro a la predicación del reino de Dios.

¿En qué consiste la llegada del reino de Dios?
El reino es la llegada de la salvación y del amor del Padre.
Lo radical de la predicación de Jesús, de un Dios, su Padre, como un Padre misericordioso, como alguien que ama a las personas gratuitamente, escandalosamente por encima de todo merito.
Un Padre que ama a los pecadores.

Para la mente religiosa, también fue decepcionante este mensaje de Dios, ya que ellos tenían una concepción del amor de Dios por méritos, por eso los pecadores no figuraban en la lista de los amados por Dios.

¿Cuál es la condición para el reino de Dios?
Que sean capaces de creer las maravilla inmerecidas de la misericordia del Padre y convertirse cambiando de vida.

Desde esta perspectiva se comprende el comportamiento de Jesús con los pecadores, con la gente baja y despreciable.
Ellos son los verdaderamente los amados por el Padre.



Ejemplos del trato de Jesús con los "pecadores", de los que nadie quiere tener cerca.


El leproso, (para este tiempo los enfermos de SIDA, AH1N1 y enfermos por el estilo que nadie desea contaminarse y que repudiamos)
Lucas 5:12-13
12Sucedió que estando él en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra, el cual, viendo a Jesús, se postró con el rostro en tierra y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. 13Entonces, extendiendo él la mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante la lepra se fue de él.

Los publicanos, (para este tiempo, los pandilleros, los que secuestran, los que ponen rentas, los que se aprovechan del sacrificio de otros y personas que nadie quiere)
Lucas 5:27-32
27Después de estas cosas salió, y vio a un publicano llamado Leví, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. 28Y dejándolo todo, se levantó y le siguió.
29Y Leví le hizo gran banquete en su casa; y había mucha compañía de publicanos y de otros que estaban a la mesa con ellos. 30Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores? 31Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. 32No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.

Lucas 19: 2, 5-7
2Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico.
5Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. 6Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso. 7Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador.

La pecadora, (en este tiempo, mujeres prostitutas, taiboleras, las cariñosas, las gay y ese tipo de mujeres por el estilo que nadie quiere y desprecia)
Lucas 7:39
39Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora.

El amor del Padre, (en este tiempo, para los que todo el mundo desprecia por ser gente pobre, sin estudios, borrachos, violadores, homosexuales, asesinos, en fin, todo tipo de personas que no deseamos aún en nuestras propias familias, aún pudiendo ellos ser nuestros propios hijos e hijas)
Lucas 15:1-3, 20
1Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle, 2y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come.
3Entonces él les refirió esta parábola, diciendo...la oveja perdida encontrada, la moneda perdida y encontrada y el hijo perdido y encontrado.....
20Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.

Pero ¿en qué consiste este reino? Según explica Jesús, el reino es la llegada de la salvación y del amor del Padre. El reino de Dios implica, desde luego, una nueva idea de Dios en clara contraposición con la que tenían los líderes religiosos. Estos tenían una particular teología del merito: a base de un esfuerzo en el cumplimiento de la ley, se sentían con derechos delante de Dios; un Dios que ellos definen, controlan y delimitan; un Dios que, en su lógica, no puede amar a los pecadores, particularmente, a los publicanos y a los que no cumplen la ley como ellos.
Pues bien, lo radical en la predicación de Jesús consiste en la presentación de un Dios, su Padre, como un Padre misericordioso, como alguien que ama a las personas gratuitamente, escandalosamente, por encima de todo merito; alguien que ama a los pecadores, a los publicanos y mujeres de mala vida, con una sola condición: que sean capaces de creer en las maravilla inmerecida de la misericordia del Padre y de convertirse cambiando de vida.
El reino de Dios no es otra cosa que la misericordia del padre ofrecida gratuitamente a toda persona, independientemente de todo merito. Todos son llamados al reino, particularmente los que, en opinión de los religiosos, no merecían el amor de Dios: publicanos mujeres de mala vida, gentes despreciable humanamente.

Para comentar: Cómo estamos anunciando el reino de Dios, desde la perspectiva religiosa castigadora de Dios sobre los "pecadores"; desde el concepto farisaico de que los malos serán castigados por no comportarse de la manera "bíblica". Y de bendición, para los que tienen los méritos ante Dios por ser religiosos y guardar la "ley de Dios". ¿Cómo estamos entregando el mensaje de Jesús? ¿Estamos como iglesia cumpliendo la misión de Jesús?

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